¿Cómo hacer envases de madera?

Los envases de madera no sólo brindan mayor protección al artículo en venta o exhibición, sino que lo dotan de una distinguida y sobria presentación. Desde café, vinos, quesos y otros artículos comestibles, pasando por tabaquería o impresos y fotografías, la madera es el material noble con el que se elige realzar lo que se guarda. Algunos consejos sobre como trabajarla.

Al diseñar el envase o caja de madera es fundamental saber que es lo que se guardará allí. Si bien hay materiales estándar que se trabajan en diferentes medidas y para cada necesidad, será bueno partir del conocimiento del contenido. Y así también personalizarlo mejor luego.

Si se quiere guardar una botella, las juntas deben estar bien reforzadas y encastradas. Puede hacerse de terciado, pero lo ideal es utilizar fibrofácil que tiene otro nivel de resistencia. Una madera noble como el roble también puede permitir lucir su veta, pero ahí debe hablarse de un costo elevado que en ningún caso puede superar al del objeto contenido.

En las casas de insumos para bricolaje que se ocupan de abastecer artesanos, ya se consiguen placas procesadas y cortadas a la medida que se necesita.

Luego deberá elegirse el tipo de encastre (clavos o tornillos, uno cada 5 cm. dependiendo del tamaño de la caja y espesor de las placas) para unir los laterales y base.

Si se opta por tornillos es importante agujerear antes de meterlos, para no rajar la madera. Los tornillos pueden ser del tipo cabeza decorativa, o planos para ser tapados con masilla luego.

La tapa puede ir suelta o con una o dos bisagras. Hay que prestar especial cuidado a la hora de manipular los tornillos para que no se raje la madera ni quede la tapa floja. Si se elige que la tapa quede suelta, lo idea es pegar una base a la tapa del tamaño justo de la boca, para que encastre perfecto. Y luego un lazo que sirva de manija pasado por dos agujeros en su centro.

A pesar de los tornillos o clavos que dotan de firmeza al envase que hemos fabricado, es ideal usar adhesivos que complementen la unión, o en su defecto masilla en poca cantidad.

El acabado puede ser en barniz, sobre una aplicación de pátinas o tinturas para colorear de alguna tonalidad, o bien decoupage.

Se trate de cajas estuches para vinos como este o cajas de embalaje, no hay que descuidar jamás ni la presentación, ni la robustez del envase. Si es rústico, será por elección y no debido a la desprolijidad.

La nobleza del material lo amerita y seguramente el destinatario del presente lo merezca.